Cuando una
viejita murió en la sección para el tratamiento de enfermedades de la vejez en
una pequeña clínica cerca de Dundee, en Escocia, todos estaban convencidos de
que ella no había dejado nada de valor.
Después, cuando las enfermeras revisaron sus
míseras pertenencias, encontraron una poesía. Su calidad y contenido
impresionaron tanto al personal, que todas las enfermeras querían una copia de
la misma.
Repartieron copias a todas las enfermeras. Una de
ellas viajo a Irlanda y la copia fue editada en una revista de del Norte de
Irlanda.
Con este
testimonio nos hacen reflexionar a todas y especialmente a los cuidadores
de personas mayores que trabajan diariamente con ellos.
La vieja
malhumorada
Qué ven hermanas?
Qué ven?
Qué piensan
Cuando me
miran?
Una vieja malhumorada,
No
demasiado inteligente,
De
costumbres inciertas,
Con sus
ojos soñadores
Fijos en
la lejanía.
La vieja
que escupe la comida
Y no
contesta
Cuando
tratan de convencerla
“Ande,
haga un pequeño esfuerzo”
La viejita, quien ustedes creen que no se da
cuenta de las cosas que ustedes hacen y que continuamente pierde el guante o el
zapato.
La viejita, quien contra su voluntad,
Pero
mansamente les permite
Que hagan
lo que quieran,
Que la
bañen y alimenten,
Sólo para
que así pase el largo día.
Es esto lo que piensan?
Es esto lo
que ven?
Si es así,
abran los ojos, hermanas,
Porque
esto que ustedes ven no soy yo!
Les voy a contar quién soy,
Cuando
aquí estoy sentada tan
Tranquila,
Tal como
me ordenan,
Cuando como
por orden de ustedes.
Soy una niñita de diez años
Que tiene
padre y madre,
Hermanos y
hermanas,
Que se
aman.
Soy una jovencita de dieciséis años,
Con alas
en los pies,
Que sueña
que pronto
Encontrará
a su amado.
Soy una novia a los veinte,
Mi corazón
da brincos,
Cuando
hago la promesa
Que me ata
hasta el fin de mi vida.
Ahora tengo veinticinco,
Tengo mis
hijos,
Quienes
necesitan que los guíe,
Tengo un
hogar seguro y feliz.
Soy mujer a los treinta,
Los hijos
crecen rápido,
Estamos
unidos con lazos
Que
deberían durar para siempre.
Cuando cumplo cuarenta
Mis hijos
ya crecieron
Y no están
en casa,
Pero a mi
lado está mi esposo
Que se
ocupa de que yo no esté triste.
A los cincuenta, otra vez,
Sobre mis
rodillas
Juegan los
bebés,
De nuevo
conozco a los niños,
A mis
seres amados y a mí.
Sobre mí se ciernen nubes oscuras,
Mi esposo
ha muerto,
Cuando veo
el futuro
Me erizo
toda de terror.
Mis hijos se alejan,
Tienen a
sus propios hijos,
Pienso en
todos los años que pasaron
Y en el
amor que conocí.
Ahora soy una vieja.
Qué cruel
es la naturaleza!
La vejez
es una burla
Que
convierte al ser humano
En un
alienado.
El cuerpo se marchita,
El
atractivo y la fuerza desaparecen,
Allí,
donde una vez tuve el corazón
Ahora hay
una piedra.
Sin
embargo, dentro de estas viejas ruinas
Todavía
vive la jovencita.
Mi fatigado corazón, de vez en cuando,
Todavía
sabe rebosar de sentimientos.
Recuerdo
los días felices
Y los
tristes.
En mi
pensamiento vuelvo a amar y vuelvo a vivir mi pasado.
Pienso en todos esos años
Que fueron
demasiado pocos
Y pasaron
demasiado rápido,
Y acepto
el hecho inevitable
Que nada
puede durar para siempre.
Por eso, gente, abran sus ojos,
Abran sus
ojos y vean!
Ante ustedes no está
Una vieja
malhumorada
Ante
ustedes estoy YO!!
Recuerden
este poema cuando estén cerca de personas mayores, y antes de dejarlos de lado
intenten ver el alma que tienen dentro...Nosotros algún día estaremos ahí
también...
Mignon